martes, 19 de mayo de 2009

Benedetti tutti

El Poeta leyó esta mañana la muerte del Poeta, el otro que lleva mayúsculas, y también la sintió. Ahora sí se queda la poesía trunca, aquella que tanto le debe a este uruguayo universal, aquella que tanto se enriqueció, que tanto amó lo que de ella misma decía, a la que le ofreció todo sin pedir nada a cambio, la que se queda tan huérfana, tan sola, tan desolada y que nunca le pidió explicaciones políticas, ni dónde has estado o con quién o qué horas son estas de llegar a casa. La poesía, la única y universal poesía, la de todos y cada uno hoy está de luto, y no se repondrá en mucho tiempo. El poeta había leido a Benedetti con 17 años, y desde entonces lo quiso imitar y lo ha imitado sin duda, y encuentra intertextos que lo evocan y evocándolo escribió artículos que entrecomillan sus versos. Alguna vez le recitó a una chica el archiconocido mi táctica es mirarte aprender como sos y porque eres mía porque no eres mía porque te miro y muero, no te salves, no te salves, podés contar conmigo, las mujeres que tienen los pies bonitos saben vagabundear por la tristeza a ti, que tenías lo pies más lindos del mundo, porque nunca recitó tantos versos como aquellos que escribieras antes de que la muerte, esa vulgar hija de puta que cree que los seres alados se deben al mundo terrestre, por eso el Poeta se sintió y se siente bendecido por ti, Mario, y todos, bendecidos, buscan páginas dobladas. El Poeta lo tenía claro: abrió una lata de cerveza y buscó entre el amor, las mujeres y la vida; aquello que tanto le gustó al maestro

Los Formales y el Frío

Quién iba a prever que el amor ese informal
se dedicara a ellos tan formales

mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa la de ella
era como un augurio o una fábula
su mirada la de él tomaba nota
de cómo eran sus ojos los de ella
pero sus palabras las de él
no se enteraban de esa dulce encuesta

como siempre o casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche

y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia
extra seca y sin hielo por favor

cuando llegaron a su casa la de ella
ya el frío estaba en sus labios los de él
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos

una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre

él probó sólo falta que me quede a dormir
y ella probó por qué no te quedás
y él no me lo digas dos veces
y ella bueno por qué no te quedás

de manera que él se quedó en principio
a besar sin usura sus pies frío los de ella
después ella besó sus labios los de él
que a esa altura ya no estaban tan frío
y sucesivamente así
mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron


Cerró el libro con una caricia que le subía por la nuca y fumó, y entre las volutas del humo sintió que algo le faltaba, algo que hacía mucho tiempo sabía suyo pero que ahora quedaba tan desamparado como uno de esos niños que lloran perdidos con una gran piruleta en la mano, clamando con los brazos abiertos la llegada del padre, mientras en el estadio los espectadores gritan el gol de su jugador favorito.

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